El nazismo jamás fue socialista. Sí hipercapitalista

En la derecha adoran insistir con que los miembros del partido de Adolf Hitler fueron socialistas. Sin embargo, las políticas económicas del nazismo defendieron principios hipercapitalistas arraigados en el darwinismo social desde el cual  valoraron la vida humana. Jamás fueron socialistas.

Uno de los argumentos más fastidiosos esgrimidos en contra del socialismo es el que señala que el nazismo fue, de alguna manera, “socialista”, y por lo tanto, las izquierdas tienen que responder por aquello. Sostienen que Adolf Hitler y sus hombres organizaron la economía en torno a la guerra, pusieron al Estado por sobre el individuo y, como argumento lapidario, se autodenominaron, incluso, como “nacionalsocialistas”.

¿Jaque mate? La verdad es que no. Incluso a pesar del hecho de que otros partidos liberales y conservadores votaron a favor de darle pleno poder a Hitler en 1933, su régimen se caracterizó por las masivas intervenciones en favor de la empresa privada. Y el darwinismo defendido por los nazis, que consideraba a los “improductivos” como mero gasto derrochador, obedecía a la lógica de juzgar la vida con la vara de la utilidad.

En 2009, el historiador israelí Ishay Landa publicó el libro The apprentice’s sorcerer: Liberal tradition and fascism, un extenso estudio de los verdaderos intereses sociales y económicos perseguidos por los nazis. En esta entrevista para Jacobin nos explica qué significó para Hitler el término “socialismo”, cómo aunó sus puntos de vistas económico y político, y cómo podemos ver hoy, en la figura de Elon Musk, los peligros que entraña el liberalismo económico.

Nils Schniederjann: En su libro usted examina las políticas económicas y la ideología del nacionalsocialismo alemán. ¿Fueron realmente socialistas las políticas nazis?

Ishay Landa: No, obviamente no lo fueron. Es cierto que los nazis ocasionalmente usaron el término de manera expresa. Algunas personas cínicamente se aferran a esto como evidencia: <<¡Fueron socialistas porque se definieron como tales!>> Por el contrario, fueron enérgicos antisocialistas en todos los sentidos de la palabra.

¿Por qué emplearon el término “socialismo”, entonces?

Tenemos que entender el contexto en que lo utilizaron. Hoy en día, los políticos de derecha ya no lo utilizan, ¿por qué?, porque el socialismo ya no es tan popular. Pero en ese entonces, los anticomunistas enfrentaban el desafío de ganar acceso en los reductos socialistas y convencer a la mayor cantidad de votantes obreros como fuese posible. Por eso debían presentar sus políticas en concordancia con los intereses de la clase obrera. El truco fue beneficiarse de la popularidad del socialismo, ampliamente considerado como la fuerza del futuro, pero también, al mismo tiempo, distanciarse todo lo posible de su esencia.

Si el definirse como socialistas no fue más que una estrategia, ¿cuáles fueron realmente sus políticas económicas?

Fueron tremendamente capitalistas. Los nazis enfatizaron la propiedad privada y la libre competencia. Intervinieron en el libre mercado, sí, pero también es verdad que fue un momento de falla sistémica del capitalismo a escala global. Casi todos los Estados intervinieron el mercado en ese momento, pero fue para salvar al sistema capitalista de sí mismo. Esto no tuvo nada que ver con un sentimiento socialista: fue procapitalista. De cierta manera, hay un símil con la forma en que los grandes bancos fueron rescatados por los gobiernos después de que estallara la crisis financiera del 2008. El rescate, por supuesto, no refleja ninguna intensión socialista, tampoco. Fue simplemente un intento por darle un poco de estabilidad al sistema.

Pero lo que más quieren los capitalistas es mayor libertad, ¿no?

No necesariamente. Las intervenciones estatales en ese momento se implementaron en común acuerdo con la industria. Fue incluso una demanda por parte de los capitalistas, porque las políticas de libre mercado no siempre representan el mejor interés para ellos. A veces necesitan del Estado para socorrer al libre mercado. Por lo tanto, las intervenciones a la economía no fueron simplemente impuestas por los fascistas; fue un proyecto consensuado que reflejó los requisitos de muchos sectores importantes de la industria. Lo que se buscaba, en concreto, era encausar el sistema a favor de las grandes empresas.

¿Cómo se armoniza la ideología política nazi con el intento por estabilizar la economía?

Por lo general se acusa a Hitler de subordinar los intereses económicos a sus ideas políticas, lo cual tiene algo de verdad. ¿Pero cuáles fueron precisamente sus ideas políticas? Si pensamos en sus obsesiones más apasionadas, como el darwinismo social, la eugenesia o incluso su antisemitismo, por ejemplo, pareciera, a primera vista, que estas solo fuesen entendidas aisladas de las consideraciones económicas. Sin embargo, si miramos más de cerca cada una de estas obsesiones, vemos que tienen una base económica imprescindible.

¿Por ejemplo?

El darwinismo social es en efecto una forma de hipercapitalismo. Toma del capitalismo la atención sobre la competencia como la lucha de todos contra todos. La argumentación nazi fue: <<bueno, así es la naturaleza>>. Esto no refleja un quiebre con el capitalismo, sino la intensificación de los puntos de vistas económicos. El capitalismo, para los nazis, es simplemente una parte de la naturaleza, por lo que no es solo un asunto de dominación política, es también la naturalización de las contradicciones económicas. Hitler dijo que es <<el judío>> quien estaban intentando engañar a la naturaleza para hacer de la lucha por la supervivencia algo meramente superficial. Desde el punto de vista del nazismo, el querer manipular la economía bastó para que se considerase a los judíos como insidiosos.

¿No es esta mirada favorable a la libre competencia y la lucha de todos contra todos, precisamente el sello de la economía liberal?

Hitler no inventó nada de esto, eso está claro; de hecho, formaba parte de la corriente conservadora y económicamente liberal dominante. Se podía escuchar afirmaciones muy similares respecto a la necesidad de una competencia implacable en el discurso económico liberal de aquellos años. El que alguien como Hitler se pudiese convertir en el “líder” de una importante nación industrial fue, después de todo, la culminación de ciertas visiones ampliamente aceptadas sobre la economía y sobre los debidos límites del poder popular y político. Sus políticas cumplieron los deseos de muchos industrialistas, lo que lo hizo muy atractivo para amplios sectores de la burguesía y las clases acomodadas. Se consideraba que los nacionalsocialistas liberaban a la economía de las trabas innecesarias impuestas por la sensibilidad política y humanista.

¿Por medio de la eugenesia, por ejemplo?

Exactamente. Los asesinatos de personas con discapacidades física, mentales y psicológicas estaban, también, directamente relacionados con asuntos económicos, por eso se intentó limpiar a la economía de personas consideradas como cargas. El lenguaje nazi fue bastante afín, económica y financieramente. Por ejemplo, en un cartel típico de propaganda se leía: <<60.000 Reichsmarks (marcos imperiales) a lo largo de su vida: esto es lo que le cuesta una persona discapacitada a la Volksgemeinschaft (término nazi para referirse a la comunidad nacional). Volksgenosse (camarada nacional), ese es también tu dinero>>.

Incluso la Shoah fue un asunto económico, pues en la ideología nazi los judíos fueron considerados el último obstáculo. ¿De qué? Del capitalismo. Fueron considerados la columna vertebral del marxismo al que presentaron como una conspiración netamente judía en contra de la economía capitalista y, por tanto, contraria al orden natural. Por supuesto que la Shoa fue el resultado de muchos factores y la culminación de varias obsesiones, fobias y desprecios nazis. Sin embargo, no se debería perder el foco del factor socioeconómico.

¿Pero por qué hablaban del marxismo como el gran villano que debían erradicar si al mismo tiempo usaban al socialismo como un eslogan a favor de su movimiento?

Por “socialismo” no se referían a nada que podríamos, remotamente, reconocer como socialista, sino más bien, su política de intervenir en el libre mercado, pero para el beneficio de los capitalistas. Por “marxista”, por otra parte, se referían a la socialdemocracia y a la protección los derechos laborales básicos. En Mein Kampf, Hitler dice que su idea de un mundo antisemita terminó de forjarse en el momento en que se dio cuenta que los judíos fueron las mentes maestras detrás de la socialdemocracia. El discurso nazi fue bastante convincente – aunque cínico – para manipular conceptos y atribuirles significados completamente nuevos.

¿Y si está tan claro, por qué, entonces, se están dando estos recientes debates en Alemania sobre las supuestas políticas socialistas de los nazis?

En realidad no es tan reciente, tiene una larga data, ya. Durante el periodo del fascismo hubo intentos por retratar a los nazis como socialistas, un ejemplo fue Ludwing von Mises. Pero en general, los esfuerzos por establecer una relación directa entre el marxismo y el nacionalsocialismo fue una postura minoritaria. Posteriormente, a comienzos de la década de los ochentas se produjo un punto de inflexión cuando una corriente revisionista comenzó a emerger dentro de los estudios del fascismo. Esta corriente buscó relacionar de manera más fuerte al fascismo con la izquierda, con la revolución y el anticapitalismo. Por ese entonces el neoliberalismo comenzaba a desmantelar el Estado de bienestar, lo que hizo a este movimiento ideológico bastante convincente. Sus defensores podían decir: << ¡Los nazis representaron una forma autoritaria de socialismo!>>. Atacar al Estado de bienestar se presentaba como un acto antifascista, como una resistencia al nazismo y una purga a los remanentes de sus políticas.

¿Por lo tanto, presentar a los nazis como socialistas es también una herramienta para presionar por políticas antilaborales?

Así es. ¿Cuándo comenzaron algunos intelectuales a escribir libros acusando a los nazis de haber ido tras políticas económicas socialistas? ¿Cuándo comenzaron a acusar a los nazis de haber asistido a las masas a costa de la burguesía? Precisamente en el momento en que los políticos intentaron imponer reformas neoliberales sobre el mercado laboral. En este sentido, la historiografía está conectada a las realidades económicas. Los políticos usaron estas teorías para apoyar sus ataques al Estado de bienestar. Götz Aly, el historiador alemán, dijo en una de sus entrevistas a inicios de este siglo, que era tarea del gobierno socialdemócrata de Gerhard Schröder ponerle fin a la <<Volksgemeinschaft>>. Por ende, al liberalizar la economía, los últimos vestigios del nacionalsocialismo serían removidos de la política germana. Este pensamiento muestra cómo las recientes modas políticas se relacionan con cómo percibimos el pasado.

¿Confrontaron, alguna vez, los liberales el hecho de que Hitler estaba, en parte, impulsando un programa político liberal?

Nunca hubo un reconocimiento verdaderamente franco y directo a este legado. En los años posguerra hubo un consenso de que el Estado tenía que ir de a poco mejorando la situación de los trabajadores, incluso dentro del esquema liberal. Si es que hubo alguna admisión de culpa por parte de los liberales, fue bajo la premisa de que las políticas nazis no se consideran como liberalismo. El liberalismo nazi – así lo argumentaban los pocos estudiosos que admitían alguna relación entre ambas ideologías – había sido timorato, impotente, anticuado y que había renunciado a la dimensión democrática inherente al liberalismo.

Posteriormente, sin embargo, hubo un giro radical. De pronto, los liberales estuvieron más propensos a decir que <<El nacionalsocialismo fue socialista. Y que si luchas contra el socialismo para crear un mercado que sea tan libre como sea posible de cualquier interferencia política, eres un buen antifacista>>. Ese fue el periodo más extenso y anti “populista” del compromiso liberal con el pasado.

Otra manera de fortalecer reformas liberales en términos económicos es estableciendo una relación entre la liberalización económica y social. ¿Cree que el liberalismo económico siempre va de la mano con el progreso social?

Creo que deberíamos hacer una distinción entre las dimensiones económicas y políticas del liberalismo. En un principio sí iban de la mano algunas veces. Pero en un cierto momento, ambos aspectos – económico y político – se distanciaron. Por lo cual los liberales tuvieron que decidir cuáles eran sus prioridades. ¿Son liberales económicos que defienden la propiedad privada, la sociedad de clases y el libre mercado a toda costa, o prefieren que la democracia liberal realmente cumpla su promesa de libertad y autodeterminación para cada individuo? Esta contradicción no ha sido resuelta. Y la necesidad de tomar una decisión entre ambas opciones sigue estando presente.

¿Por qué no tomar ambas opciones?

Se tiende a creer que el liberalismo va de la mano con las libertades políticas e individuales, lo cual es relativamente cierto. Lo que se olvida es que desde su origen el liberalismo no solo permitió posibilidades políticas, sino que también las restringió fuertemente. Lo que el liberalismo dejó bien en claro desde el principio fue que la propiedad privada no se toca, que constituye la base inexpugnable del orden político.

Por eso, importantes pensadores liberales insistieron desde el inicio, como John Locke, que no se puede cobrar impuesto a los ricos sin su consentimiento. De hacerlo, se les da a las víctimas de esas políticas una buena razón para rebelarse y usar la fuerza contra los usurpadores. Por lo tanto, la política liberal lleva inscrita una variante autoritaria desde su origen, lo que hace de ella un dogma el asumir que la tarea primordial de la política es proteger la propiedad, y su principal pecado denostarla. No hay duda, sin embargo, de que es una definición bastante estrecha de lo que la política puede o debería hacer. Por eso sufrimos hasta el día de hoy de esa limitación. En una democracia occidental típica se pueden llevar a cabo muchas políticas siempre y cuando no se infrinja la propiedad privada.

¿Quiere decir que la estructura básica de la economía liberal impide la libertad de las personas?

En esencia, el capitalismo es una estructura económica antidemocrática: es, ante todo, dominación de los trabajadores. El capitalismo es jerárquico, no igualitario. Genera, también, una alta concentración de la riqueza, lo que plantea una pregunta crucial: ¿cómo podemos redistribuírla? La respuesta del liberalismo clásico es: <<No hagas nada para cambiar la situación>>. Pero esto limita estrictamente la esfera política y reduce enormemente sus posibilidades; y si mantenemos la economía aislada de la deliberación política, entonces la democracia está atada de pies y manos. Por ende, la visión económica liberal le dice a las personas que << ¡No intenten ser demasiado lógicos cuando piensan en la democracia! ¡No la tomen al pie de la letra porque solo causa problemas!>>.

Y no trates de mejorar la situación económica de nadie excepto de la burguesía.

Exactamente. Y esto sigue ocurriendo en la actualidad. Las declaraciones de Elon Musk son un ejemplo valioso de lo que estamos discutiendo, pues él es bastante franco y descarado al respecto. Recientemente dijo que los estadounidenses intentan reducir el trabajo duro y que deberían seguir el ejemplo de los trabajadores chinos que <<trabajan de sol a sol>>. Esta declaración es bastante clara porque por supuesto que él sabe que los trabajadores chinos no cuentan con mecanismos democráticos que les permitan resistir las fuertes demandas de trabajo. Él da a entender que el sistema democrático es demasiado laxo e indulgente y que necesitamos un sistema más estricto que discipline a los trabajadores, que trabajen duro y acepten salarios bajos: el sistema que vemos en China.

También ha anunciado recientemente que apoyará al Partido Republicano. A pesar de que Donald Trump sigue siendo gravitante dentro el partido.

Esa es una buena muestra de la rama autoritaria dentro del pensamiento liberal. Con esto no quiero decir que todos los liberales apoyarían algo como aquello. Pero sí que es muy difícil reconciliar el liberalismo económico con el político. Y como consecuencia de esta encrucijada algunos políticos liberales escogen una ruta económica distinta mientras que otros vacilan entre ambos polos sin ser capaces de resolver el conflicto fundamental. Marx y Engel nunca renunciaron a ser liberales políticos y a las ideas básicas del liberalismo: libertad y participación democrática para todos. Lo que hicieron, fue ampliar la libertad política, pues comprendieron que bajo el capitalismo las posibilidades de concretar un proyecto democrático genuino eran muy limitadas.

Entrevista realizada por Nils Schniederjann para Jacobín. Publicada el 26 de agosto de 2022 en https://jacobin.com/2022/08/nazi-germany-national-socialism-hypercaptialism-social-darwinism-liberalism

Traducción: Francisco Larrabe (integrante Equipo Editorial – Revista Heterodoxia)

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